Todos sabemos que esto de los blogs y los foros en internet puede ser muy divertido, ameno y reconfortante cuándo uno se encuentra a gusto entre compañeros virtuales (o conocidos) de parecidos gustos, aficiones e inquietudes. Pero también tiene su doble filo: envidias, rencillas, inquinas... La mayoría generadas por un ansia de protagonismo enfermizo que lleva a algunas personas a reclamar ser el centro de atención permanente dentro de este mundo virtual, llegando al extremo de mendigar seguidores...
Nunca me ha preocupado quién me seguía o no. Si alguien quiere leer los desvaríos que aquí pongo, pues bienvenid@ sea, me halaga por supuesto, pero tampoco me quita el sueño. De hecho, a colación de este tema he decidido poner el gadget de "Seguidores", y me ha sorprendido ver que entre los pocos que tengo, hay algunos que ni siquiera pertenecen a bloguer@s o forer@s que conozco y que no están much@s otras personas a las que yo leo habitualmente o con quiénes me "codeo" en este mundillo virtual. Personas a las que por supuesto no voy a suplicar ni a exigir que se apunten al mío, porque me consta que lo leen y dejan comentarios si les apetece, que es lo que resulta más gratificante, porque sabes que se paran un momento a compartir contigo su opinión y eso es lo que cuenta. Seguramente tampoco me han seguido porque no tenían el gadget de seguidores a mano, que como vuelvo a recalcar, me ha dado por ponerlo por pura curiosidad, igual que puse en su día lo del contador de visitas. Y valgan estas mismas declaraciones para mi otro blog, el relacionado con mi afición por la muñeca Nancy.
¿Y por qué os cuento todo esto? Pues porque una amiga me pidió que le explicara cómo podía dejar de seguir el blog de una persona que ya no le interesaba (ni como blogger, ni como persona). Os cuento cómo:
Nunca me ha preocupado quién me seguía o no. Si alguien quiere leer los desvaríos que aquí pongo, pues bienvenid@ sea, me halaga por supuesto, pero tampoco me quita el sueño. De hecho, a colación de este tema he decidido poner el gadget de "Seguidores", y me ha sorprendido ver que entre los pocos que tengo, hay algunos que ni siquiera pertenecen a bloguer@s o forer@s que conozco y que no están much@s otras personas a las que yo leo habitualmente o con quiénes me "codeo" en este mundillo virtual. Personas a las que por supuesto no voy a suplicar ni a exigir que se apunten al mío, porque me consta que lo leen y dejan comentarios si les apetece, que es lo que resulta más gratificante, porque sabes que se paran un momento a compartir contigo su opinión y eso es lo que cuenta. Seguramente tampoco me han seguido porque no tenían el gadget de seguidores a mano, que como vuelvo a recalcar, me ha dado por ponerlo por pura curiosidad, igual que puse en su día lo del contador de visitas. Y valgan estas mismas declaraciones para mi otro blog, el relacionado con mi afición por la muñeca Nancy.
¿Y por qué os cuento todo esto? Pues porque una amiga me pidió que le explicara cómo podía dejar de seguir el blog de una persona que ya no le interesaba (ni como blogger, ni como persona). Os cuento cómo:
Primero, debéis ir al blog en cuestión y dar a "Seguir este Blog". Os aparecerá otra pantalla dónde saldrá vuestro perfil (previamente tenéis que haber iniciado sesión con la cuenta con la que os apuntasteis) y tenéis abajo: "Más opciones". Clikais ahí y se os abrirá otra ventana donde podéis ver a la derecha la opción: "Dejar de seguir este sitio". Ahí lo tenéis.
Y como os he enseñado, no me voy a molestar si seguís de dejar el mío, estáis en vuestro derecho. Porque ante todo somos libres de seguir o de ser "fan" de quién nos apetezca. Digo yo.
Saludos.