martes, 4 de junio de 2019

Los asquerosos


Sinopsis: Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral que encuentra en el desván, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que le envía su tío por mensajero. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estático, una versión de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto «austeridad».

La verdad es que no me había leído nada de Santiago Lorezo, y si lo he hecho es porque me han regalado el libro.
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La trama es un poco claustrofóbica, el autor podía haber contado lo mismo con menos páginas y la verdad es que la prosa que emplea llena de neologismos y a veces excesivamente barroca puede resultar algo cargante, pero por contra su manera de emplearla a la hora de definir el comportamiento de los urbanitas de turismo rural ocasional (leáse domingueros de fin de semana) es hilarante total. Porque resulta que la paz de Manuel, oculto en esa aldea perdida, se ve alterada  por la llegada de numerosos miembros de una familia a la casa de al lado durante los fines de semana. Aviso: si os decidís a leerlo puede que al principio no queráis veros reflejados en esos domingueros (pero algun@s reconoceréis esos comportamientos como propios y los soportaréis bajo la caricatura de la exageración, jajaja) y al final os sentiréis cómplices de Manuel, inquietos porque no le descubran, a favor de que siga escondido de esa turba ruidosa que él mismo bautiza como "la Mofucha"...

Esta novela te hace plantearte hasta qué punto necesitamos muchas cosas y cuánta razón tiene Manuel en la feroz y ácida crítica que hace de sus vecinos como representantes de una sociedad que quizás está más "enferma" de lo que parece. Advierto que la narración es muy particular, quizás resulte chirriante esa dicotomía exarcebada que plantea entre la austeridad/desapego del mundo rural y el derroche/libertinaje de la ciudad y en ocasiones no es fácil de digerir. Pero a mí me ha compensado por las risas que me he echado acompañando al protagonista en las irónicas descripciones que hace observando a sus vecinos desde su escondrijo y en sus maquinaciones por disuadirlos del retiro campestre, ingeniando en sus ausencias boicots caseros al más puro estilo de un MacGyver perverso. El final es previsible, pero aún así, como os digo, es una novela con una trama y una narrativa chocante, por definirla de alguna manera.