Mis veranos de niña y adolescente están ligados a ciertas imágenes, ciertos recuerdos que no se me olvidarán nunca.
Siempre había algo que se ponía de moda, sobre todo en el tema de los abalorios: pulseras, colgantes, etc. ¿Quién no recuerda los chinitos de la suerte? Todos llevábamos alguno colgado de la correa de ese reloj Casio que se había llevado multitud de golpes pero que resistía, cuál objeto casi indestructible a nuestras andanzas.
¿Y aquellas pulseras que se realizaban con finos hilos de plástico? Se podían hacer en redondo o en cuadrado, y de varios colores, siendo un entretenimiento perfecto para esas soporíferas tardes veraniegas donde el sol pegaba de plano y era demasiado pronto para salir a la calle sin riesgo de pillar una insolación.
Cuando teníamos algo ahorrado o podíamos abusar de la generosidad de nuestros padres o de algún tío, nos comprábamos un heladito, qué rico, me encantaban el Drácula, y los Popeyes, y sobre todo el Colajet, mmm... tan refrescantes...
Por supuesto mi inseparable BH roja me acompañaba a todos sitios, y no dejaba de pedalear ni para comerme el bocadillo de Nocilla (las calorías que gastaba por las que consumía, jajajaja).
Siempre había algo que se ponía de moda, sobre todo en el tema de los abalorios: pulseras, colgantes, etc. ¿Quién no recuerda los chinitos de la suerte? Todos llevábamos alguno colgado de la correa de ese reloj Casio que se había llevado multitud de golpes pero que resistía, cuál objeto casi indestructible a nuestras andanzas.
¿Y aquellas pulseras que se realizaban con finos hilos de plástico? Se podían hacer en redondo o en cuadrado, y de varios colores, siendo un entretenimiento perfecto para esas soporíferas tardes veraniegas donde el sol pegaba de plano y era demasiado pronto para salir a la calle sin riesgo de pillar una insolación.
Por supuesto también estaban a mano esos comics de Esther, de Zipi y Zape, etc, que nuestro inquieto espíritu lector nos conminaba a devorar medio a escondidas, en esos ratos muertos que los mayores pretendían que "desperdiciáramos" echando la siesta o cuándo nos obligaban a ir demasiado pronto a la cama en esas pegajosas e insomnes noches estivales.
Cuando teníamos algo ahorrado o podíamos abusar de la generosidad de nuestros padres o de algún tío, nos comprábamos un heladito, qué rico, me encantaban el Drácula, y los Popeyes, y sobre todo el Colajet, mmm... tan refrescantes...
Y cuando nos apuntábamos a ir al río para darnos un chapuzón, nuestros pies calzaban esas sandalias cangrejeras tan fashion, que luego mi madre se encargaba de cortar por la puntera a ver si resistían otro verano más...
Por supuesto mi inseparable BH roja me acompañaba a todos sitios, y no dejaba de pedalear ni para comerme el bocadillo de Nocilla (las calorías que gastaba por las que consumía, jajajaja).
Y siempre, siempre sonaba en alguna emisora de radio la sempiterna canción del verano... Que se repetía también de verbena en verbena en las fiestas de los pueblos...
En fin, aquellos maravillosos años...
Por cierto, ¿cuál creéis vosotros que será la de este año? Yo voto por esta (pegadiza ya es) XXXXXD:
En fin, aquellos maravillosos años...
Por cierto, ¿cuál creéis vosotros que será la de este año? Yo voto por esta (pegadiza ya es) XXXXXD:
10 chispazos:
Ainsss, que recuerdossss: los chinitos, las pulseras... Mi bici también era roja pero era Peugeot.
Sí que es pegadiza la j**ía canción, jajajjaj. Y Unax Ugalde ¡ay, omá que ricoooooo!
jajajaja, Geno, cuándo la escuché el otro día, me dije, esta es mejor que la de "No te metas en mi facebook", más absurda, más cañera y se ríe aún más de nuestra "dependencia" por internet, redes sociales y blogosferas varias, jajajaja, buenísiiimaaaa dentro de su desfachatez...
Oye, mis guardaespaldas siguen haciendo pulseras de plástico. XDD
Bs
Cloti
yo en lugar de esther leía a mortadelo y filemón, a zipi y zape y a todos esos, jejeje.
los helados me encantaban. me acuerdo especialmente del choc-bar de frigo, que no tenía palo, qué rico estaba.
yo tuve bicicletas de las chiquitinas, hasta que me regalaron una bici grande por mi primera comunión, para cuando creciera un poco más. era una bh azul.
bonita entrada, coilet!!
Esas pulseras y la que se hacian con hilos de bordar de colores y trozos de las asas de los tambores de detergentes, donde formabamos nuestros nombres, o palabras o lo que fuera... yo de esas sandalias me gustaban las transparentes, XDDD de colores, pero nunca fueron lo mio, yo siempre he sido una pies descalzos.
¿Qué hace el Ugalde cantando? ¿Visteis "El grupo"? Me encantó su papel en la serie.
Esos recuerdos que cuentas los tengo exactamente iguales a pesar de que tengo mas años que vosotros y ahora veo a mis hijos disfrutar de esa misma sensación de dejar pasar el tiempo. Hay cosas que no cambian.
Chema, es que a mí mis padres me regalaron directamente la grande con ruedecitas cuando tenía seis o siete años, entonces como no llegaba al suelo, no frenaba, directamente me tiraba, yo por un lado y la bici por otro, pq enseguida aprendí a ir sin ruedecitas, obligada casi por mi padre que tenía que "soltarme", según él...
Lo de las Cangrejeras, pues es que en los ríos hay mucho pedrusco y la verdad, venían bien... aunque no fueran mi estilo, jajajaja
Pues acabamos de incorporar un nuevo chinito de la suerte a casa... es que la nostalgia causa estragos, ja, ja. Lo encontró mi santo en una tienda de chuminadas varias friki-nostálgicas de Madrid.
Por cierto,mi bici también era roja.
Ainsss, qué recuerdos. Del helado que dices no me acuerdo, pero yo me ponía tibia de "flases". Mmmm, qué ricos.
Jajajajajajaaaaajajajaa!!! PEro si parece que hayas saqueado mi álbum de fotos de los veranos pasados!! La bici roja BH con el halado chorreándome por la muñeca, pero dale que te pego con el pedaleo; la canción del verano en todos lados; sentarse en la casa-puerta con las amigas cuando pegaba el sol a la hora de la siesta a hacer pulseras y cuando empezaba a tocar la sombra en la calle, el elástico; los chinitos en el Casio hecho polvo que nunca se estropeaba (cuando se te estropee el Casio te compro el reloj que te gusta... Ni con piedras, oño!); y mi madre intentando que me pusiera las cangrejeras, y ni de coña, vamos... Yo pies descalzos y cangrejeras siempre perdidas: "Nu sé dónde están mama, se las ha llevado la marea..." XDDDDDDDDDD
jajaja, Blas, creo que todas tenemos recuerdos parecidos, sí, pero yo me ponía las cangrejeras pq las piedras del río hacian daño las joías y no había más remedio...
Anele, yo tb comía flashes, pero en el pueblo había solo una tienda, y claro la señora guardaba en el mismo arcón los flashes con el pescado congelado así que siempre nos preguntábamos : a qué sabe el tuyo? el mío a congrio, y el tuyo? jajajajaja.
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