martes, 23 de diciembre de 2008

La Navidad

Ya está aquí la temida Navidad. Y digo temida porque para mí supone un stress total en cuanto a pensar qué días compartir con una familia, qué días con otra, los regalitos, las compras...

Este año hemos decidido bajar a Ciudad Local y al Pueblo sólo en un fin de semana, que más que fin de semana es un "super-puente": el de Nochevieja hasta Reyes. Y es que cae todo bastante mal, entre semana, y Watio no puede perder tantos días. Le toca trabajar el viernes de después de Navidad. Así que aunque otros años voy al Pueblo a celebrarlo con mis padres, mis tíos y primas y mi abuela, este año supongo que los veré en el Año nuevo. Total, qué más da cuándo nos reunamos, el caso es estar un momento juntos.

Además, estas fechas es repetir un mismo ritual de comidas, brindis, regalitos, buenas caras aunque te trates lo justo el resto del año con ciertas personas... La Nochevieja siempre igual, no os pasa a veces que miráis a vuestro alrededor y tenéis la sensación de que todo el mundo se lo está pasando bien, menos tú??

El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix: tienes que llevar ropa interior roja, tener algo de oro para meterlo en la copa, preparar las doce uvas... Y contarlas varias veces, porque, como son todas iguales, te equivocas:

- Una, dos, tres, cuatro... una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... Esta pocha ya la he contado... Una, dos... siete, ocho... ¡Joder, las doce menos veinte! Y ahí estás tú intentando pelar las tuyas para poder digerirlas mejor y te viene la cuñada pesada: "Ay, ya que te pones, podías pelarme las mías también, oye y el pipo no se puede sacar?". Tú la miras con resignación y sigues a lo tuyo, apartando celosamente tu platito de 12 uvas recién peladitas listas para el atracón...

Por supuesto primero te tienes que comer todo lo que está en la mesa... ¡Y antes de las doce! Porque resulta que has bajado al bar a tomarte algo con todo el mundo y ya son las diez y pico, así que empiezas a pelar gambas con la velocidad del rayo, a la vez que te metes en la boca el canapé de salmón y te guardas alguna loncha de ibéricos, por si acaso...

Que cuando ves que acaba ya el programa de humor donde si tienes suerte no se repite lo de la empanadilla de Móstoles, te entra el pánico y sólo falta hacerte un sandwich con el bacalao o con el cordero, porque te falta tiempo. Y no eres el único que está agobiado, ¿eh? No hay más que ver la tele. Allí están los presentadores de turno, explicando a toda España como funciona un reloj.
Acojonados por si se equivocan:
- Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también... serán las doce.


¡Coño, como todas las noches!. Y ahí está el primo listillo que dice: "joder, ya lo podrían poner digital". Y se lleva una colleja de la abuela (que es muy tradicional) por sus "paparruchas". (A quién se le ocurre!! Aunque quizás bien pensado alomejor así nos ponían una "cuenta atrás").
- Y entonces bajará la bola y... primero vienen los cuartos, amtes de las campanadas ¡no vayan a empezar a comerse las uvas, ¿eh?


Todos los años lo mismo, pero si total, siempre confundimos algún cuarto con alguna campanada o al revés, o vete tú a saber...

Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, cla, cla, cla... es la bola: cla, cla, cla... Din-don...

- ¡Ah no, que son los cuartos!

Din-don...

- ¡Escupid que son los cuartos!

Din-don...

- Pfbbbbbbbb... ¿qué son qué?

Din-don...

- Los cuartos...

Ton...

- ¡Ahora, ahora!

Ton...

- ¡Una!

- ¡Que no, que vamos por la segunda!

Ton...

- Pues me meto dos...

Ton...

- Seis...

- ¿Cómo que seis?

Ton...

- A mí ya no me caben más, ¿eh?

Ton..


-¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón!

Ton...

- ¡Es que se me ha caído una al suelo!

Ton...

- Bgrfds...

Ton...

- Bggggdffffff...

Ton...

- A mí ya no me quedan...

Ton...

- Bgggggdffffff....

- ¡Pues a mí me sobran cuatro!

Ton...

- Bfgggggggg, grounfffffff...

Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena de babas, (yo sin tragarme la mitad de las uvas y eso que las he quitado la piel) a darse besos:

- Feliz año, eeeeeeeeeh, felicidades, grfdddfd...

Y mi suegra que ha leído en algún sitio que además de confeti y serpentinas hay que tirar la copa de champán por encima del hombro para hacerla añicos, de repente recuerda que no tenemos chimenea y la lanza por la ventana al otro lado de la calle, contra los contenedores del reciclaje (muy considerada ella):

-crashhhh, chinnn, clinnnkk...

Y piensas... bufff, menos mal que a estas horas no pasa nadie...

Y suena el teléfono: ¡riiiiiiiiiing!

- ¡Pero coño! ¿Ya están llamando? ¿No se pueden esperar?

- Pues a mí todavía me sobran dos...

- ¡Champán, que alguien abra el Champán!

Y va el abuelo y se pone abrirlo y claro, el corcho sale disparando haciendo diana en algún jarrón decimonónico del mueble o pasa rozando el globo de cristal de la lámpara de araña... (bufff).

¿A qué es original empezar así el año? Y todo porque a unos viticultores de Elche, hace 100 años, se les ocurrió dar salida al excedente de uvas afirmando que había que tomar una uva por cada campana al entrar el año porque si no tendrías mala suerte.... Cualquiera se arriesgaba!! Aunque me consuelo pensando que en Chile comen lentejas (puafff).

Nota: parte de este post está extraído de un monólogo de "El Club de la comedia", aunque yo he añadido mis pequeños apuntes personales... Os dejo el video, veréis cómo os sentís indentificad@s, además que Flo está soberbio:



FELIZ AÑO 2009!!!

jueves, 27 de noviembre de 2008

El anuncio de un coche

Quizás es deformación profesional, pero muchas veces, me encuentro con anuncios que me resultan mucho más creativos e interesantes que las propias series que invaden la caja tonta... Y es que la publicidad también tiene su arte...

¿Habéis visto el anuncio del nuevo Golf? Si no lo habéis visto, os recomiendo que os detengáis un momento en el blog de Adicta a la publicidad, donde tenéis un análisis sobre el mismo. La verdad es que la canción elegida, una versión más "apastelada" del "Eye of tiger" de los Surviver ha sido todo un acierto, tan pegadiza pero a la vez modulada en una suave cadencia que acompaña la sucesión de unas imágenes cargadas de reminiscencias nostálgicas que nos muestran de manera retrospectiva la evolución de la marca hasta el modelo actual.

Esta canción formó parte de la banda sonora de la película "Rocky III", y fue escrita a petición de Sylvester Stallone en Junio de 1982. Desde entonces, se ha recurrido a ella como música de fondo para ambientar un combate o un enfrentamiento, sobre todo en parodias. La canción encabezó los Billboard Hot 100 durante seis semanas a partir del 24 de julio de 1982. También alcanzó el número uno en el Reino Unido, Irlanda y Australia; y ganó un Grammy Award, un premio de la Academia de nominación, y fue votada "Mejor Canción" por el People's Choice Awards.

He ido a buscar la canción original, mucho más rockera, pero me ha sorprendido encontrar en el YouTube una versión muy peculiar, escenificada y doblada por unos frikis que tiene tantas o más visitas que la de los Surviver... Mi favorito, es sin duda, el de la pandereta... :)




lunes, 24 de noviembre de 2008

Estoy embarazada!!

Pues sí, al final hemos "atinado"...

A primeros de Noviembre no tuve el período y empecé a tener unas molestias abdominales bastante desagradables que nunca había tenido durante anteriores reglas, así que me asusté un poco pensando que por haber dejado la píldora quizás iba a tener menstruaciones más dolorosas como había oído que sufrían otras amigas...

Pero no, resultó ser que el embrión se estaba alojando en el útero y éste debía estar contrayéndose y estirándose, según me explicó después la matrona. Vamos, que se estaba "columpiando" a sus anchas... Lo supe el día 13 de Noviembre, pues a la semana de notar la falta, fui al medico de cabecera y me dio cita para que me hicieran el test de embarazo. Como sospechaba, dio positivo. No puedo explicar muy bien qué sentí, por un lado alegría, ilusión, emoción... pero por otro también miedo, incertidumbre... Aunque creo que si me hubieran dicho que no estaba embarazada me habría quedado decepcionada...

El día 3 de Diciembre acudí a la consulta de la matrona acompañada por Watio. Teníamos en mente la imagen de una señora mayor, incluso huraña, pero era una mujer de mediana edad muy simpática y atenta. A veces el cine crea demasiados tópicos, jejeje. Me hizo una serie de preguntas para completar mi historial y nos dio fecha aproximada del parto para mediados de Julio. No obstante, hasta que no me hagan la primera ecografía no se sabrá exactamente de cuántas semanas estoy. Me aconsejó por mi edad que me hiciera la amniocentesis, a lo que ambos estuvimos de acuerdo, aunque como es una prueba invasiva, me da un poco de respeto... Pero siempre será mejor asegurarse de que el niño no tendrá problemas genéticos, aunque no haya antecedentes familiares.

Tenía mi primera ecografía para el día 31 de este mes por la mañana, pero me llamaron para cambiarla al día 30, con lo cuál quizás Watio no pueda acompañarme, una pena... Pero la espero con ilusión. Ya he puesto mi "cuenta atrás" en el panel de la izquierda, parece mentira cómo se va formando un ser vivo dentro de tí, creo que va a ser una experiencia preciosa. Espero que así sea y que me digan que todo está bien. Qué nervios!!

miércoles, 22 de octubre de 2008

Un vecino altruista

Trasladé mi línea de teléfono fijo con la modalidad de tarifa plana e internet de mi domicilio al negocio, porque era dónde verdaderamente me sería más útil, y prescindí de tener internet en casa porque no me apetecía tener el gasto adicional de otra línea.

Porque una de las cosas que no comprendo de mi compañía telefónica es que no sea capaz de ofrecerme la posibilidad de llevarme esa conexión a internet por separado y de manera móvil a cualquier otro sitio dónde vaya, sin necesidad de tener que pagar una línea o servicio adicional, puesto que en el caso de mi domicilio, no me interesa tener línea de fijo ya que para las llamadas uso el móvil y quién quiera localizarme fuera de horas comerciales ya sabe que ha de llamarme al mismo.

Asi que hace un año, por pura casualidad, descubrí que tengo un vecino que deja su conexión wifi sin cifrar... Una prima mía me dejó un pórtatil con un usb-wifi y de repente empezó a encontrar conexiones a diestro y siniestro. La mayoría tenían su correspondiente candado, pero había una que estaba libre, la de mi altruísta vecino...

Desde entonces, cuando acabo mi jornada y llego a casa, enciendo el ordenador y ahí está él (o ella), normalmente hasta las doce de la noche, hora en la que debe apagar su ordenador y pone fin a la conexión, pues sospecho que el router que posee será interno. Empiezo a conocer sus costumbres: algún rato a la mediodía está conectado, los viernes es cuándo más tiempo se queda, algún fin de semana me deja sin conexión (tiene derecho a salir a darse una escapadita, por supuesto).

Quizás penséis que tengo mucho morro, pero, bueno, realmente ¿quién tiene la culpa de mi intromisión? ¿yo por entrar sin que él (o ella) lo sepa en su red, o él (ella) por haberla dejado desprotegida?

Además, no tengo mucho cargo de conciencia puesto que no le robo prácticamente ancho de banda; únicamente me conecto para leer mis correos y ver algún foro, y de paso actualizar el sistema o el antivirus, que siempre viene bien. No se me ocurre abusar de ello descargando música ni películas, eso ya no sería honesto... y también sería una proeza a prueba de los más pacientes, porque la velocidad que consigo chupar en los picos más altos no supera los 36 Kbps, con lo cuál mi pequeña visita no llega a ralentizar su conexión.

Para mejorar la estabilidad y velocidad de la conexión tengo mi particular "condesador de flufo" (así bautizamos Watio y yo al invento en cuestión, bastante cutre, por cierto) y en una ocasión que orienté la antena por fuera de la ventana encontré a otro (u otra) que también tenía su "puerta abierta", supongo que todo va en función de mejorar el artilugio en cuestión para que sea capaz de captar ondas más remotas... Y diréis, ¿de dónde saqué yo la idea de tal artefacto? Bueno, os sorprendería saber la cantidad de tutoriales que circulan por la red para fabricarse antenas que capten wifi, hechas de los más diversos materiales (latas de conservas, coladores, paraguas, ensaladeras...), muchas de ellas verdaderamente útiles para aquellas personas que están más aisladas en pueblos o zonas rurales dónde la conexión adsl es ciencia ficción...

Os dejo este enlace por curiosidad: Antenas caseras wifi

martes, 14 de octubre de 2008

A por setas

Nos gusta ir a buscar setas, porque claro está, no encanta comerlas. Y el que algo quiere, algo le cuesta.

Cuando bajamos a Ciudad Local, podemos ir a los montes de alrededor, incluído el de "mi Pueblo", porque su arbolado de pinos favorece el crecimiento de especies como los níscalos, el pie azul y el violeta, entre otros. Por supuesto, el manjar más cotizado es el níscalo, o como dicen por allí "nícalo", ya que a la plancha con unos ajitos está de vicio. Los más grandes se aprovechan para hacer guisos con patatas o con carnes.

Lo mejor de la jornada es el almuerzo, ese pequeño tentempié que se come uno a media mañana en compañía de otros amigos para soportar hasta la comida el run-run que te hace el estómago después de la caminata. Se cata un poco de chorizo, de jamón, alguna latilla de sardinillas o de lo que se tercie, mientras se echa un trago de vino a gollete de una botella o porrón.



Esta es una muestra de lo que cogimos el pasado fin de semana, lástima que luego se acaban demasiado pronto... Aunque, no os creáis, algunos están guisados y en el congelador, para poder disfrutar de ellos más adelante...

sábado, 20 de septiembre de 2008

Empanada casera y fácil

Después de volver de Galicia me acordé de la receta de empanada que me enseñó una tía mía y me puse manos a la obra, quizás por la añoranza de esos buenos manjares. Pero en este caso la hice de atún, que es la empanada más común y más fácil de hacer; y que seguro gusta a todo el mundo.

Lo primero que necesitamos son dos placas de hojaldre, que podemos comprar congeladas en un paquete de 500 gr. Las dejamos que se descongelen y luego procedemos a estirarlas con un rodillo (o una botella si no se tiene). Es importante enharinar la superficie donde vamos a trabajar así como el rodillo. Haremos dos placas rectangulares del tamaño de la bandeja del horno, una para la parte de arriba y otra para la base, ésta última procuraremos que nos sobre un poquito en los laterales para luego poder cerrarla con la placa de arriba.



Ponemos a escurrir el atún para que suelte el aceite. Yo compro latas de las grandes cuando hago empanada, porque suelo usar un poco menos de media lata de las grandes (no sé a lo que equivale en latas pequeñas) y me sale más económico. Además reservo el aceite que queda para volcarlo de nuevo en la lata y que cubra el resto de atún, así se mantendrá conservado para usarlo en otros platos.



Para el relleno, vamos preparando un sofrito con bien de cebolla (2 cebollas grandes por lo menos), pimiento verde y pimiento rojo. También cocemos dos o tres huevos para picarlos y añadirlos al sofrito una vez esté hecho.



Yo echo incluso aceitunas picaditas (verdes o negras, al gusto) y algún pimiento del piquillo de bote (también se puede echar morrón).



Añadimos el atún y mezclamos todo muy bien. Echamos el tomate frito, más o menos lo que nos va pidiendo para no dejar el relleno ni muy seco ni muy untuoso.



Por último extendemos bien el relleno en la placa de hojaldre que hemos puesto como base y que previamente hemos pinchado con un tenedor para que no se infle.



Si nos sobra algo de masa podemos poner unos adornitos y pegarlos untando un poquito de aceite. Terminamos untando un huevo batido que extenderemos por arriba y que dará brillo.



La metemos al horno a 180º unos 40-45 minutos, cuando esté casi hecha ponemos un poco el grill de arriba para que se dore. Y ya está.



Ahh y el resultado final, que hay que cortarla y comérsela (que se me olvidaba esta foto). Mmmm a disfrutar!!



martes, 16 de septiembre de 2008

La Crisis Ninja

Una vuelve de vacaciones y se encuentra que sí, que la crisis es real y por fin se ha extendido desde EEUU hasta Europa...

¿Qué ha pasado? Bueno, como explica muy bien el señor Leopoldo Abadía, un doctor ingeniero industrial y profesor de IESE, cualquier persona con dos dedos de frente, si iba siguiendo un poco la actualidad económica de lo que estaba sucediendo al otro lado del charco, se iba a dar cuenta del crack económico- financiero que se avecinaba. Este señor ha explicado muy bien el proceso y le ha dado un nombre muy peculiar: La Crisis Ninja.

No soy economista ni pretendo serlo, pero para que entendáis el por qué de esta crisis y el significado que encierra el nombrecito con el que se la ha bautizado, aparte de visitar el blog del señor Abadía, también podéis leer este pequeño comic que he encontrado en El blog Salmón donde tenéis una visión rápida y simpática de todo este embrollo.

En nuestro país, de momento el Gobierno nos tranquiliza asegurándonos que el dinero está seguro en los bancos, porque nuestro sistema financiero es mucho más sólido... Pero ya hay gente que ha visto volar sus ahorros porque han ido a parar a inversiones camufladas en esos paquetitos basura que tanto han rodado de aquí para allá...

Una cosa está clara: la construcción se ha parado y eso sí que traerá consecuencias nefastas. Porque muchos sectores y empresas dependen de ella. Y en esos otros sectores y empresas hay empleados que empezarán a sobrar. Y esos empleados no podrán hacer frente a todos los gastos que se les avecinan a fin de mes. Y el consumo se reducirá. Y la morosidad repuntará...

Y es que aquí en España, se nos ha juntado la crisis financiera con la inmobiliaria y aún no sabemos con certeza cuantos ninjas hay entre nosotros... Watio y yo nos preguntábamos, hace ya tiempo, como las parejas se podían meter en pisos de cuarenta y pico millones de las antigua pesetas (o más) hipotecándose hasta su jubilación con dos sueldos normalitos. La vida da muchas vueltas, no es por ser fatalista, pero la gente no se para a pensar que pueden venir mal dadas, no sé, uno puede caer de baja, te pueden echar de esa empresa que aparentemente es una multinacional muy solvente, te puede surgir cualquier imprevisto o como está pasando, los tipos de interés se están disparando... ¿Cómo afrontar entonces que la letra del pisito suba casi el doble? Supongo que mucha gente sangrando a su familia, pero llega un momento que tampoco se puede abusar de los demás. Y si surge la disyuntiva de elegir entre comer o pagar la hipoteca, pues qué queréis que os diga, es mejor vivir de alquiler a mitad de precio de lo que te cuesta la letra de un piso al mes, como así han hecho algunas personas que conozco. Decisión que me parece muy acertada y que se debería fomentar más en este país, porque igual que pagas cualquier otro servicio, también puedes pagar el alquiler de un piso como otro más. Por supuesto a un precio razonable...

Ahora que también la culpa la tienen los bancos, por haber dado hipotecas sin haberse regido por esos criterios que supuestamente tienen que seguir, como no dar créditos si el importe mensual de los mismos supera un tercio las ganancias que entran al mes en un hogar, entre otros... ¿Cómo pensaban que iban a afrontarlos dos mileuristas de a pie, principales demandantes de estos créditos? Si contamos con que uno de los dos gana los mil euros efectivamente, porque en muchos casos ni llegan...

Veremos en qué acaba todo esto, aunque en esta vida dicen que todo es cíclico, pero me da que de esta crisis vamos a tardar parte de este año y del que viene en recuperarnos... Y no quiero pecar de pesimista, más bien soy realista...

viernes, 5 de septiembre de 2008

Las vacaciones

Al final decidimos ir a tierras gallegas, porque ya conocemos Asturias y Cantabria de otros años y por fin este año, íbamos a tener casi 15 días de vacaciones.

Pero como todo no puede ser perfecto, a Watio le dió lumbago... Sí, tiene guasa la cosa, cuando deja de trabajar se pone malo, ya le sucedió hace unos años, parece que estamos gafados... Aunque él no se quejaba aparentemente, yo sé que las estaba pasando canutas, sobre todo a la hora de enderezarse, pero no estaba dispuesto a renunciar a estos días de descanso disfrutando por otros lugares y como ya lo teníamos todo planeado, me dijo que echara la mantita eléctrica y unos antibióticos, además de la aparatosa -pero eficiente- faja lumbar que en su día le compré en una tienda de productos ortopédicos. Así que decidimos viajar con calma y como conduciendo no le molestaba, aguantó el viaje como un campeón y al final pudimos disfrutar de las merecidas vacaciones. Aunque claro está, no se le pasó de inmediato y estuvo una semana y pico con las molestias, teniendo días mejores y peores.

En general vimos bastantes cosas, y nos encantaron los paisajes y la buena comida de por allí, por lo que seguramente volveremos en otra ocasión. La región de las Rías Baixas, aunque algo masificada por el turismo, esconde también pueblecitos y rincones más tranquilos, si los sabes buscar. Nosotros como campistas que somos, nos gusta ir un poco a la aventura, recorriendo un poco la zona y cuando encontramos un sitio tanquilo desde el cuál iniciar las excursiones, allí nos afincamos. Solemos recabar información de internet sobre los lugares a visitar, los sitios recomendados para comer, etc y hacemos buen uso de esos datos. Auque muchas veces te falta tiempo para ver todo lo que te has propuesto.

En general nos dió tiempo a ver Santiago, Vigo, Pontevedra y pueblecitos de la zona de las Rias Baixas. En algunos tuvimos ocasión de asistir a sus ferias de productos del mar, donde bajo una enorme carpa puedes degustar a precios populares su preciada gastronomía: empanadas de todo lo imaginable, mejillones, almejas, chipirones, zamburiñas, pulpo, etc. Claro que también nos pegamos un par de mariscadas que nos supieron a gloria, con marisco más contudente: bogavante, nécoras, cigalas, etc. Y qué decir de los postres: me sorprendió gratamente la tarta de Santiago, que yo creía sería un pastel más bien seco y resultó ser un bizcocho jugosito cubierto de azúcar glass...

Allí es curioso el tema de las comidas, porque no se estila tanto lo del menú del día, aprendes que es mejor ir a comer raciones variadas de sus productos del mar: chipirones, mejillones, pulpo, etc, pues sacan buena cantidad y al final comes tanto mejor que si pides un primero y segundo plato. Eso sí, si tienes un poco de vista y huyes de los establecimientos demasiado céntricos o turísticos. Además, por si echas de menos la "carnaza" también encuentras sitios en cuyas parrillas humea el ternasco y la costillita de cerdo a la brasa...

Nos traímos también buenas sensaciones en cuanto a los vinos, y nos gustó especialmente el Albariño: ligero, fresco, frutal; acompaña perfectamente los pescados y el marisco. Y el licorcito de después de comer fue por excelencia la crema de orujo, mucho mejor si el establecimiento en cuestión la servía casera, nada tiene que envidiar a la tan anunciada crema de whisky.

Y es que para nosotros, que somos de buen comer y hacemos ascos a poco, la gastronomía de esta tierra fue un placer para los sentidos... Tenemos que volver, por supuesto.

martes, 12 de agosto de 2008

Mi Pueblo

Yo nací en Capitalia, porque así consta en mi DNI, pero yo tengo pueblo. Desde que tengo uso de razón recuerdo haber empleado la expresión "me voy al pueblo", aunque el pueblo no sea propiamente mío, sino el lugar donde nació mi padre, pero que se convirtió en mi sitio preferido de vacaciones y lugar por excelencia para evadirme de la agobiante atmósfera de la ciudad.

Desde pequeña, donde más disfrutaba era en el Pueblo. Allí podía dar rienda suelta a mi imaginación sin que mis padres tuvieran que preocuparse porque saliese a la carretera, me diera caramelos algún extraño o me robasen el triciclo… Una de mis primeras fotos en el pueblo es en la puerta de casa de mis abuelos, metida en un perol de latón disfrutando del baño al calor del "lorenzo". Antes que en triciclo ya me defendía con mi tacatá por aquella calle que por aquél entonces no se podía considerar más que un camino, porque ni siquiera estaba asfaltado en toda su longitud, cosa que no tenía la menor importancia porque aquél artilugio metálico sin un ápice de plástico era todoterreno. Después con siete añitos vino la bicicleta, una flamante Bh roja. Eso sí, empecé directamente a aprender en una grande, con sus dos ruedecitas accesorias de apoyo y el sillín bajado a tope... Mi padre enseguida decidió que debía aprender sin tanto artilugio, guiándome él desde atrás. Y claro que aprendí, pero tuvo una infinita paciencia conmigo, porque como ante mis ojos parecía un trasto enorme, cada vez que iba a frenar directamente me tiraba, soltando la bicicleta que terminaba estrellándose contra el suelo... Finalmente desarrollé mi sentido del equilibrio y supe controlar la manera de detenerme, y una vez que aprendí, ya no dejé de pedalear en todo el verano. Era lo primero que iba a buscar al Pueblo en cuanto llegaba el buen tiempo.

Por supuesto también las muñecas eran el centro de mis juegos de niña, allí podía bañarlas en baldes que se me antojaban gigantes, derramar agua de la manguera sin importar que mi prima y yo acabásemos empapadas de arriba a abajo, hacer partícipe al perro que tenían mis abuelos de un aseo improvisado e incluso disfrazarlo también, como hacíamos nosotras con aquellos ropajes setenteros y muy hippies que descubrimos un día en el interior de un armario antiguo... El patio de casa se convertía en un bazar donde se agolpaban toda una retahíla de juguetes diversos y cachivaches, y además, de un travesaño del techo que lo cubría parcialmente, llegó a colgar un columpio, que nos hacía elevarnos hacia el cielo y reir sin más preocupaciones que la de esperar la suculenta merienda, que casi siempre consistía en pan con queso o chocolate o un suculento bocadillo de chorizo casero de los abuelos.

En cuanto cumplí los once años, no tardé en juntarme con los chicos y chicas del Pueblo (al igual que otr@s foraster@s) para participar en los juegos que hacían, como todo niño intrigado por la diversión que se sucedía allí. Hice amigos con mucha más facilidad que en Capitalia, quizás porque no tenía que dar explicaciones a nadie si aprobaba todo o no, si era la más popular de la clase o la "empollona" introvertida... En el Pueblo simplemente era yo misma y así fuí aceptada. Nos reuníamos e íbamos en bicicleta por todas sus calles, nos acercábamos a los pueblos de alrededor, a la piscina próxima que había en otro pueblo, a la arboleda del monasterio del pueblo, a correr por los caminos del campo en general... Todo era nuevo, excitante, siempre había algún lugar por recorrer, alguna travesura que hacer. Por las mañanas nos juntábamos antes de comer para planear qué íbamos a hacer por la tarde, por las tardes jugábamos al frontón, al burro, hacíamos guerras de agua con los botes de las bicicletas o planeábamos una excursión para ir a merendar a algún sitio. Por las noches nos sentábamos en la parte trasera de la Iglesia, a contar anécdotas, chistes, historias de terror, de extraterrestres, leyendas urbanas o del Pueblo... todo valía. O nos subíamos a la peña más alta del pueblo para contemplar un cielo raso y cuajado de estrellas, sin apenas contaminación lumínica, donde siempre se ha distinguido la estela de la "leche de la madre" o Vía Láctea. También jugábamos al bote al esconderse el sol, donde la plaza entera del pueblo era escenario exclusivo para nosotros, incluso nos llegábamos a dividir en dos grupos para jugar a un escondite que se desarrollaba en todo el pueblo, cuya consecuencia a veces resultaba ser una invasión inoportuna de piojos sobre nuestras cabezas, por haber tenido la genial idea de escondernos en algún lagar o caserón medio abandonado...

Mi adolescencia allí fue inolvidable, sólo tengo gratos recuerdos del Pueblo. Eramos una pandilla que abarcábamos dos o tres quintas, y pronto nos agenciamos nuestro propio lugar de reunión que no podía ser otro que una bodega subterránea, una construcción propia de la zona, que antaño y hoy día sigue sirviendo como almacén de vino o de alimentos para conservarlos fresquitos ya que mantiene la misma temperatura ambiente durante todo el año. Así que nos metíamos allí sobre todo en verano, cuando el sol caía a plomo en tardes demasiado calurosas. La acondicionamos con una pequeña pista de baile, una barra de bar y unos improvisados sacos rellenos de paja como asientos o "reservados" para las parejas que empezaron a formarse. En ella empezamos a organizar aquellos "primeros bailes" de adolescentes efervescentes... donde sonaba Pimpinela en un chirriante radiocasete y todos, aunque no lo queríamos reconocer, anhelábamos que saliese la canción lenta para poder bailar pegados con aquella persona de la pandilla que nos gustaba. Aunque los chicos, inducidos por su testosterona, aprovechaban cualquier descuido para apagar las velas, único sistema de iluminación en aquella especie de caverna, para intentar meternos mano sin ningún reparo. Enseguida se sucedieron "las bebiendas", porque ya no era lo más importante reunirse para bailar o merendar, sino organizar fiestecitas los fines de semana donde empezaron nuestros contactos con el alcohol. Primero a base de sustraer botellas de vino de las bodegas de nuestros respectivos familiares y luego, haciendo bote común para adquirirlas en la tienda de ultramarinos del pueblo, que afortunadamente pertenecía a los padres de una de las chicas de la pandilla, y que ella nos proporcionaba sin que nadie se enterara... Claro que aparte de nosotros, estaba el grupo que llamábamos los "mayores", que eran los que obviamente tenían 18 años o más, y por debajo de nuestras edades estaban los hermanos pequeños de todos, la pandilla de los "pequeños". En aquel momento nos sentíamos los reyes del mundo, ni niños ni carrozas, y sólo empezamos a desear el tener los 18 cuando el Pueblo empezó a quedarse pequeño y ansiábamos tener el deseado permiso para poder ir a Ciudad Local, donde había mucha marcha los fines de semana, apenas a diez kilómetros del Pueblo, pero que suponía el tener que depender de gente que nos llevase en coche.

Ciudad Local siempre ha sido un lugar recogido, donde todos nos conocíamos más o menos y a todos sitios se llegaba andando, pero también los fines de semana se llenaba de estudiantes y de forasteros como yo, que llegaban de otras provincias o de otros pueblos colindantes, lo que la convertía en lugar de marcha por excelencia. Además, llegado el verano, todos esos pueblos de alrededor iban celebrando sus fiestas patronales; verbenas en la calle que suponían conocer gente nueva, beber, bailar y descontrolar un poco, sin más preocupaciones que buscar quién nos llevara y nos trajera de vuelta; aunque de pueblos cercanos incluso volvíamos todos en grupo andando por la carretera...

Y es que a mis padres casi les daba más respeto que saliese por Capitalia que por el Pueblo y sus alrededores, aunque ello implicaba en muchas ocasiones tener que "hacer dedo" (cosa que procuraba no se enteraran), o asegurarnos la vuelta en el coche de algún conocido. Después, cuando ya pude ir con mi propio coche, accedían tras prometer que cumpliría unas normas básicas: tener mucho cuidado al volver de noche por la carretera y evitar beber, aunque esto último no lo cumplía a rajatabla, claro está... (inconsciencias de juventud...). Pero una de mis primas, que siempre me acompañaba y fue mi "carabina" en muchas ocasiones, me salvaguardaba un poco las espaldas, mintiendo, entre otras cosas, sobre la hora en la que llegábamos...

Es de suponer que la mayoría de novietes que tuve acabaron siendo de allí, algunos forasteros (así nos llamaban a los de fuera) y otros oriundos del Pueblo o de Ciudad Local. Y a Watio precisamente le conocí un fin de semana de Reyes que fuí a disfrutar de aquél ambiente en Ciudad Local que tanto me gustaba…


sábado, 9 de agosto de 2008

La Kedada

A Watio antes no le gustaba internet. Es más, me recriminaba que pasaba demasiado tiempo viendo foros relacionados con mis aficiones. Tampoco entendía mucho eso de que hablara por el messenguer con chicas que había conocido en ellos. Recelaba de esas amistades "virtuales" pues según él, alguna podía ser "Paco", fumar puros y tener bigote...

Pero entonces, empezó a aficionarse a visitar foros de coches (hombres!!) y a hacerme preguntas sobre cómo poner un post, incluir enlaces, imágenes, etc. Total, que acabó enganchado a un foro de coches dónde tienen en común la misma marca de vehículo y más concretamente a un subforo dónde coincidió con propietarios del mismo modelo que el nuestro. Al final acabó reconociéndome que esto de internet "engancha"...

Tanto le gustó su nuevo descubrimiento que acabó haciendo migas también con otros miembros del foro, a los que propuso realizar una Kedada durante un fin de semana en Ciudad Local, osea, en su ciudad natal. Y claro, tuvimos que organizarlo todo para buscar alojamiento, restaurantes, lugares a visitar... Menudo "embolado" en el que nos metimos. Menos mal que lo planteamos con tiempo y bajamos algún fin de semana antes para ir haciendo las reservas pertinentes. Al final todo resultó ir sobre ruedas (nunca mejor dicho), a pesar de que no nos dio tiempo a visitar todo lo que queríamos ver, pero bastante tuvimos con comer, recuperarnos de la sobremesa y dar una vuelta por un pueblo de los alrededores. Esto el primer día, el siguiente parecido, pero en otra zona y de paso hicimos las pertinentes fotos de todos juntos con nuestros respectivos vehículos.

En general congeniamos muy bien todas las parejas y creo que la gente se lo pasó pipa. Fue muy divertido, porque nos veían pasar a tantos vehículos juntos iguales (con variaciones en el color únicamente) y en algunos pueblos pensaban que íbamos de boda o de convención. Una guía turística se quedó sorprendida además de la manera que nos habíamos conocido y reunido.

La gente llegó de diferentes partes de España: Valencia, Madrid, Burgos, Navarra, etc. Algunos afirmaron que no habían comido así ni de bodas en su tierra y es que la Ribera del Duero es lo que tiene, muy buen vino y mejor cordero; comida castellana deliciosa que nos permitió quedar bien como anfitriones sin mucho esfuerzo.

Ahora estamos esperando la próxima, organizado por otros... Y es que cualquier excusa es buena para conocer otros sitios de la geografía y reunirse con gente de aficiones o inquietudes parecidas. Y es que aunque algunos no se lo crean, a veces uno se encuentra muy acompañado en la red, porque detrás del anonimato hay personas que se manifiestan, que comparten, que dialogan, que se vacilan, que se apoyan y llegan a ayudarse y a apreciarse.

martes, 8 de julio de 2008

Mi mascota

Hace un año que Bruce, nuestro fiel perro nos dejó. Nos brindó 12 años de su compañia y lealtad. Tenía su mal genio con los demás perros pero a nosotros nos defendía con pasión. Y teníamos la seguridad de que nadie iba a entrar en casa sin que nosotros dieramos el "visto bueno", ni tampoco en el coche…

Dicen que sólo los falta hablar, y aunque sea un tópico es cierto, porque aprendes a interpretar lo que quieren decirte por su manera de ladrar, por esa peculiar modulación que imprimen a su ladrido según estén tristes, mimosos, irritados o heridos.

Cuando Watio se acercaba a mí con traviesas intenciones, con esa risa ladina de estar tramando algo y querer sorprenderme por la espalda, Bruce se adelantaba y se le encaraba llamándole la atención, pero con un ladrido descafeínado, casi bromista también, desprovisto de la furia que solía emplear cuando su intención era amedrentar a intrusos que osaran invadir "su propiedad" o disuadir las ansias territoriales de otro congénere.

Entre sus muchos comportamientos, recuerdo su intranquilidad cuándo nos metíamos al agua, no le hacía ninguna gracia y ladraba de manera insistente para que saliéramos, sobre todo las pocas veces que fuimos con él a una playa. Pero luego le encantaba nadar en un pantano, y es que tirases un palo donde se lo tirases, allá iba raudo, aunque hubiera que lanzarse al agua.

El baño ya era otro cantar, como todos los animales había que insistir pero llegaba a meterse solito en la bañera y se quedaba quieto, siempre y cuando estuvieras delante para vigilarle, claro, como te dieras la vuelta ya estaba sacudiéndose… Pero en general se portaba bastante bien y era muy paciente… Paciencia que no tenía con otros machos y es que era dominante como él sólo. Por más que le reprendíamos no había manera, y actuaba de forma aún más irascible cuándo era yo quién le llevaba, lo cuál me ocasionó una vez un malogrado traspiés con arrastre por el suelo tipo rodeo del oeste incluído… y todo por ir tras otro macho para demostrarle quién mandaba. En una ocasión, también es cierto, nos libró del ataque de dos perros furiosos que salieron a nuestro encuentro cuando íbamos paseando por la orilla de unos acantilados cercanos a un faro durante unas vacaciones en Santander. Tuvimos suerte de que nos acompañara, pues se enfrentó a ellos y ganamos un tiempo precioso mientras aparecía el dueño...

Recuerdo anécdotas graciosas, muchas de ellas fruto de su ansiedad a la hora de perseguir cualquier objeto que rodase, pues le encantaba salir tras pelotas o balones, daba igual su tamaño. Una vez me despisté y se metió de lleno en un partido de petanca y, muerta de vergüenza, corrí tras él y le enganché como pude mientras los jubilados echaban pestes sobre dueña y perro...

En otra ocasión, su exceso de celo en un Camping provocó que el trabajador que recogía los cubos de basura al lado de nuestra parcela casi se meara en los pantalones... Fue tal su recelo al ver a un tipo moviendo algo voluminoso dentro de "su espacio" que el tirón que propinó a la correa (siempre permanecía atado a un árbol) partió su collar metálico (por lo visto no suficientemente fuerte). Salió como una flecha a por él, y aunque sólo se le encaró sin agredirle, el susto que se llevo el pobre hombre, que soltó todo lo que tenía entre manos y se quedó petrificado contra un árbol y completamente inmóvil, fue mayúsculo. Por supuesto nos deshicimos en disculpas con el empleado y tuvimos que ir al pueblo cercano a comprar un nuevo collar para Bruce...

Eso sí, era muy listo y muy ladino, se las sabía todas… Cuando le tirabas de una oreja para regañarle se quejaba exageradamente y cuando tenía ganas de bajar a la calle, en alguna ocasión te llevaba su correa de paseo y te daba cabezazos para llamarte la atención o todavía te hacía una seña más explícita, como una vez que cogió la zapatilla deportiva de Watio y la soltó en sus pies directamente, como diciéndole: "Venga, ya te estás calzando que quiero bajar a la calle".

A veces pienso que no debería haber tenido un animal así encerrado en un piso, que sólo podía ver la calle por el balcón de casa y disfrutaba del campo un ratito al día como quién dice… Ójala hubiera podido darle una vida mejor, en una casa de campo pero… ya me hubiera gustado a mí también…

Si te pones a meditarlo fríamente, es una gran responsabilidad que te condicona en muchos aspectos, sobre todo a la hora de ir a visitar a la familia, salir de vacaciones, etc. Teníamos siempre que pensar dónde dejarle, y todos los días tienes que sacarle para que dé sus paseos, te apetezca o no, haga frío o haga calor.

Algunos años pudimos llevarle de vacaciones si ibamos de camping, pero otras veces tocó dejarle en un hotel canino porque desgraciadamente en este país, muchos sitios no están preparados para animales, y hasta en las playas te prohiben dejarlo suelto aunque sea en las horas del atardecer cuando ya no hay nadie. Todo son pegas. Y cuando te lo llevas por ahí debes ir buscando una sombra para poder dejar el coche aparcado porque claro, no puedes ir con él a hacer la comprar, visitar sitios, etc… Porque Bruce no era precisamente un caniche de medio kilo, sino un mestizo de pastor alemán y mastín que pesaba sus cuarenta kilos.

Hoy día me queda un grato recuerdo de su fiel y cariñosa compañia perruna y muchas veces, creo encontrar en la mirada de otro perro grande y juguetón como él, su mirada de ternura y de lealtad, que me hace pensar que vivió feliz a su manera, compartiendo su vida con nosotros.

sábado, 21 de junio de 2008

La crisis inmobiliaria...

Todos se llenan la boca con la palabra crisis. Pero lo hacen con cautela, esto es pasajero, un ciclo nada más, que no cunda el pánico… Lo que sí es evidente es que muchas inmobiliarias están cerrando, los bancos se hacen los suecos y los "poceros" no venden sus pisos. Si hasta Marina Dor se anuncia por la tele para convencernos de que nos compremos un coqueto apartamento en primera línea de playa!!!

Está claro que este urbanismo desaforado no iba a durar siempre. Hasta dónde íbamos a seguir construyendo? Encima de las islas Cíes? Aunque en este país donde campa la corrupción no sería algo tan inviable: unos sobornos por aquí, unos cohechos por allá… Es vergonzoso asistir a la destrucción de reservas naturales, acuíferos, playas, costas, deltas que son convertidos de un plumazo en zonas urbanizables sin ningún escrúpulo ni ningún control. Y el que tiene un terreno rústico si puede, dice que va a construirse una granja y luego se hace un chalecito y alega que es para meter los cerdos, que se encuentran muy relajados tomando el fresco en el porche.

No hay día que en la tele no salga algún alcalde o concejal de urbanismo de no sé dónde sospechoso de especular con el suelo de su localidad sacando tajada de ello. El ritmo de la construcción era frenético, se vendía casi sobre plano sin esperar a terminar la obra, pero ahora resulta que se está frenando, lo cuál era de esperar, y ahora es cuando vendrán las consecuencias, que auguro nada buenas, en un país que ha dejado que este sector sea el principal motor de su crecimiento económico.

Ahora resulta que esa burbuja inmobiliaria que aparentemente no existía ha explotado, y los pisos han dejado de ser una inversión para convertirse en el quebradero de cabeza de mucha gente... La incontrolable escalada de precios impide a muchos acceder a una vivienda y otros muchos que se metieron en hipotecas desorbitadas se encuentran ahogados a fin de mes, porque los tipos de interés empiezan a subir peligrosamente... Hay gente que habla de una generación de "pepitos", aquellos que han comprado un piso que no pueden pagar pero que ahora tampoco pueden vender...

domingo, 4 de mayo de 2008

Coilet es...

Coilet es un personaje o seudónimo que puede ser yo o puede ser otros, que puede hablar de retazos de mi propia vida o apropiarse de vivencias ajenas y contarlas como propias… Y además es la excusa perfecta para crear un espacio donde poder contar cosas con total libertad y a mi antojo. A través de ella puedo opinar, elogiar, criticar, reflexionar e incluso desvariar, que eso se la (me) da muy bien.

Coilet además es una taintañera adicta a internet, que desahoga sus pequeñas frustraciones pasando muchas hora delante del ordenador, porque echa demasiado en falta su tierra, que le queda un poco lejos, pero a la que vuelve con frecuencia a pesar de que ella dice que aún dentro de este país, se encuentra en "el exilio".

Coilet disfruta con esos pequeños placeres cotidianos de la vida como perderse en la naturaleza, contemplar una puesta de sol, leer un buen libro, hacer viajes improvisados, fotografiar instantes o pasar una velada agradable ya sea en compañía de amigos o familiares que merezcan la pena o por supuesto con su pareja. Y si a todo esto le añadimos una buena comida regada con un buen vino, tanto mejor.

Coilet no sabe exactamente qué temas va a tratar, sólo pretende desperezar una vocación narrativa que se encuentra dormida y desahogarse un poquito, sin buscar un reconocimiento a posteriori. Aunque por supuesto, cuando alguien escribe en la red en el fondo sabe que puede suscitar alguna reacción, lo cúal reporta esa inevitable dosis de satisfación personal por sentirse visto, leído… Porque seamos sinceros, a todos nos gusta cargar nuestra autoestima de vez en cuando, en medio de este mundo globalizado y anónimo.