Todos se llenan la boca con la palabra crisis. Pero lo hacen con cautela, esto es pasajero, un ciclo nada más, que no cunda el pánico… Lo que sí es evidente es que muchas inmobiliarias están cerrando, los bancos se hacen los suecos y los "poceros" no venden sus pisos. Si hasta Marina Dor se anuncia por la tele para convencernos de que nos compremos un coqueto apartamento en primera línea de playa!!!
Está claro que este urbanismo desaforado no iba a durar siempre. Hasta dónde íbamos a seguir construyendo? Encima de las islas Cíes? Aunque en este país donde campa la corrupción no sería algo tan inviable: unos sobornos por aquí, unos cohechos por allá… Es vergonzoso asistir a la destrucción de reservas naturales, acuíferos, playas, costas, deltas que son convertidos de un plumazo en zonas urbanizables sin ningún escrúpulo ni ningún control. Y el que tiene un terreno rústico si puede, dice que va a construirse una granja y luego se hace un chalecito y alega que es para meter los cerdos, que se encuentran muy relajados tomando el fresco en el porche.
No hay día que en la tele no salga algún alcalde o concejal de urbanismo de no sé dónde sospechoso de especular con el suelo de su localidad sacando tajada de ello. El ritmo de la construcción era frenético, se vendía casi sobre plano sin esperar a terminar la obra, pero ahora resulta que se está frenando, lo cuál era de esperar, y ahora es cuando vendrán las consecuencias, que auguro nada buenas, en un país que ha dejado que este sector sea el principal motor de su crecimiento económico.
Ahora resulta que esa burbuja inmobiliaria que aparentemente no existía ha explotado, y los pisos han dejado de ser una inversión para convertirse en el quebradero de cabeza de mucha gente... La incontrolable escalada de precios impide a muchos acceder a una vivienda y otros muchos que se metieron en hipotecas desorbitadas se encuentran ahogados a fin de mes, porque los tipos de interés empiezan a subir peligrosamente... Hay gente que habla de una generación de "pepitos", aquellos que han comprado un piso que no pueden pagar pero que ahora tampoco pueden vender...
No hay día que en la tele no salga algún alcalde o concejal de urbanismo de no sé dónde sospechoso de especular con el suelo de su localidad sacando tajada de ello. El ritmo de la construcción era frenético, se vendía casi sobre plano sin esperar a terminar la obra, pero ahora resulta que se está frenando, lo cuál era de esperar, y ahora es cuando vendrán las consecuencias, que auguro nada buenas, en un país que ha dejado que este sector sea el principal motor de su crecimiento económico.
Ahora resulta que esa burbuja inmobiliaria que aparentemente no existía ha explotado, y los pisos han dejado de ser una inversión para convertirse en el quebradero de cabeza de mucha gente... La incontrolable escalada de precios impide a muchos acceder a una vivienda y otros muchos que se metieron en hipotecas desorbitadas se encuentran ahogados a fin de mes, porque los tipos de interés empiezan a subir peligrosamente... Hay gente que habla de una generación de "pepitos", aquellos que han comprado un piso que no pueden pagar pero que ahora tampoco pueden vender...
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