Ya están los supermercados plagados de productos navideños: turrón, mazapanes, polvorones... Y de un postre que desde el año pasado nos chifla: el Panettone.
Es lo que tiene la globalización, que nos llegan productos típicos de otros países que vienen a sumarse a la ya variada oferta autóctona. Algunos quizás lo consideren una "invasión", pero cada uno es libre de elegir qué comprar y mientras esos manjares vengan a enriquecer nuestra mesa, bienvenidos sean. En mi caso, que tampoco soy muy golosa, no me hacen ni pizca de gracia los mantecados ni los mazapanes, y del turrón huyo de la variedad blanda, que me resulta excesivamente empalagosa y del duro me canso enseguida. Pero me encantan las variedades que llevan chocolate, frutos secos y sabores exóticos. De hecho, tanto a Watio como a mí, nos chifla un tipo de turrón que vende una conocida cadena de supermercados (cuyo símbolo es un abeto), hecho de chocolate negro con almendras. Nos parece mucho más exquisito que el cansino chocolate con arroz inflado tan anunciado por ese personaje barrigón y vestido de rojo que nos invade todas las navidades...
Así que el Panettone, un jugoso bizcocho salpicado en su interior de fruta escarchada ha sido adoptado como postre navideño en casa sin ningún esfuerzo.
Sobre el origen de este dulce existen varias leyendas, aunque quizás la más extendida es aquella que cuenta que, a finales del s. XVI en Milán, un joven aristócrata se enamoró de la hija de un pastelero y para conquistarla se hizo pasar por aprendiz, ideando el postre en cuestión. Tuvo tanto éxito que los milaneses acudieron en masa a la pasteleria de Toni a pedir el "Pan de Toni", pues ese era el nombre del aprendiz.
Si queréis saber más tenéis más datos en la Wikipedia.
Es lo que tiene la globalización, que nos llegan productos típicos de otros países que vienen a sumarse a la ya variada oferta autóctona. Algunos quizás lo consideren una "invasión", pero cada uno es libre de elegir qué comprar y mientras esos manjares vengan a enriquecer nuestra mesa, bienvenidos sean. En mi caso, que tampoco soy muy golosa, no me hacen ni pizca de gracia los mantecados ni los mazapanes, y del turrón huyo de la variedad blanda, que me resulta excesivamente empalagosa y del duro me canso enseguida. Pero me encantan las variedades que llevan chocolate, frutos secos y sabores exóticos. De hecho, tanto a Watio como a mí, nos chifla un tipo de turrón que vende una conocida cadena de supermercados (cuyo símbolo es un abeto), hecho de chocolate negro con almendras. Nos parece mucho más exquisito que el cansino chocolate con arroz inflado tan anunciado por ese personaje barrigón y vestido de rojo que nos invade todas las navidades...
Así que el Panettone, un jugoso bizcocho salpicado en su interior de fruta escarchada ha sido adoptado como postre navideño en casa sin ningún esfuerzo.
Sobre el origen de este dulce existen varias leyendas, aunque quizás la más extendida es aquella que cuenta que, a finales del s. XVI en Milán, un joven aristócrata se enamoró de la hija de un pastelero y para conquistarla se hizo pasar por aprendiz, ideando el postre en cuestión. Tuvo tanto éxito que los milaneses acudieron en masa a la pasteleria de Toni a pedir el "Pan de Toni", pues ese era el nombre del aprendiz.
Si queréis saber más tenéis más datos en la Wikipedia.
9 chispazos:
huy, a mí sí que me encantan los turrones!! el blando, el duro por variar y que no sea todo el tiempo blando, y el de chocolate de arroz inflado. ;) y los polvorones también. aunque eso sí, procuro no inflarme, que luego esos dulces pasan factura. :P
por cierto, coilet, qué tal tu bebé?
besos
Pues de este tipo de "cake" de frutas lo hay aqui todo el año. Y esta buenisimo, pero es muuuuuuuy malo para la dieta y para los dientes, ayayayayay
Ya echábamos de menos tus entradas...
Jopé, me has dado donde más me duele!! Qué buenísimo está. Yo hace años que lo incluyo en las compras navideñas, ¡¡que no me falte ni un sólo año!! aunque si te digo la verdad, me vuelve mucho más loca el Pandoro (el que no lleva frutas). lo encuentro más ligero y es que realmente entra solo, casi que como no te controles te zampas medio y ni te das cuenta. Y ese olor que tiene... mmm ...
No es mi dulce favorito pero no le hago ascos con un buen tazón de cola-cao, jejejeje ¡Que alegría volver a leerte!
Hola, genteee!!!
A mí tb me da gusto encontraros por aquí de nuevo...
Pues el nene está muy bien, tengo pendiente poner una entrada sobre él, a ver si saco tiempo... buff, esto de incorporarme al curro está siendo muy duro... con lo agustito que estaba yo en casa con el nene...
Pero tb ya era hora que se me viera el pelo por internet, que tengo que ponerme al día...
besitos y gracias a tod@s por estar ahí.
Hola!!! Qué alegría leerte de nuevo!!! Eso significa que poco a poco te vas reincorporando a la vida cotidiana, depués de ese ciclón que supone tener un hijo...
Bueno, a lo que vamos, el panettone. Nosotros lo descurbimos en el Lidl un año y desde entonces no hemos hecho forofos. Por cierto si no has probado el de Lidl está riquísimo de sabor y de precio!!! jejeje.
Aaaag Coilet! Has dado en mi llaga: Me encanta de toda la vida el turrón de chocolate con arroz inflado que anuncia el señor de rojo gordo de siempre, y no puedo con las frutas escarchadas... Vaya tela!
Los polvorones, los mantecados, los pasteles de gloria, las yemas, los mazapanes, el turrón de jijona, el de moka, los hojaldrados.... ¡¡Me gusta todo, todo!! Aunque debo prescindir de comprarlo todo, todo, porque luego vienen las lágrimas sobre la báscula, que ya me las conozco. Sin embargo, aquello que tenga fruta escarchada.... Es que ni el Pan de Cádiz ¿eh? Es el único dulce que no...
Estoy con Chema. Estoy deseando saber cosillas de tu Voltio, que a estas alturas tiene que estar hermosísimo ¿no?
Besotes!
Jo, qué ganitas de llorar, a mí me gusta todo lo que a ti, y también todo lo que no, pero no puedo comer nada.
Bssss
Cloti
PD Queremos fotos de Watio
Me encanto como defendes la tradición de la mesa "española" respecto de la invasión del Pannetone Milanes, o como lo conocemos por mis tierras, el pan dulce.
Yo soy argentino, y la mezcla de culturas de un pais de inmigrantes como el mío ha hecho que en mi mesa nunca falte casi nada de lo que planteas, ya que tengo ascendencia española, italiana, árabe y vaya uno a saber si hay algo mas.
El unico problema de la mesa navideña es que es una tradicion europea, donde en estas epocas, arrecia el invierno y una comilona hipercalorica en Navidad y otra en Año Nuevo no vienen nada mal. Pero aqui, en el Sur, en pleno verano, la cosa es muy diferentes, y no hay un año que no terminemos partidos al medio por dicha cuestión.
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